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Pablo VI

«Paolovi» de Vatican City (picture oficial of pope) - Vatican City, picture oficial of pope Paul VI (vatican.va). Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Paolovi.jpg#/media/File:Paolovi.jpg

«Paolovi» de Vatican City (picture oficial of pope) – Vatican City, picture oficial of pope Paul VI (vatican.va). Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons – http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Paolovi.jpg#/media/File:Paolovi.jpg

Diez años después de la clausura del Concilio Vaticano II y un año después del Sínodo de los Obispos de 1974, el Papa Pablo VI publicó la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi[1], en la que afirmó que la Iglesia existe para evangelizar. Reconoció que el primer anuncio del Evangelio se dirige a todas las personas como lo mandó Jesús; sin embargo, también reconoció la necesidad de evangelizar a los bautizados que ya no practican su fe, a los que están lejos de la Iglesia, al mundo descristianizado, a las religiones no cristianas, a los fieles, al secularismo ateo y a las comunidades eclesiales de base. Utilizó la palabra “pre-evangelización” como estadio de inicio que cuenta con una amplia gama de medios para realizar la tarea. En ella se trata de analizar si el Evangelio realmente está llegando al mundo y al hombre que sigue necesitado de salvación. El capítulo primero explica cómo toda la evangelización inicia desde Cristo, que ha venido a anunciar el Reino de Dios y la liberación del pecado[2]. La misión esencial de la Iglesia, que nace de la evangelización de Jesús, es llevar el Evangelio a todos los hombres, lo cual es posible cuando ella se evangeliza a sí misma como depositaria y contenido del Evangelio que quiere comunicar. Así, “enviada y evangelizada, la Iglesia misma envía a los evangelizadores”[3]. Este marco cristocéntrico y salvífico permite comprender la misión de la Iglesia y su sentido; apartarse de esta misión significa perder la propia esencia. Leer más

San Juan XXIII

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El Papa San Juan XIII señaló el objetivo misionero por el que se convocó el Concilio Vaticano II en la Constitución Apostólica Humanae Salutis:

“La Iglesia asiste en nuestros días a una grave crisis de la humanidad, que traerá consigo profundas mutaciones. Un orden nuevo se está gestando, y la Iglesia tiene ante sí misiones inmensas, como en las épocas mas (sic) trágicas de la historia. Porque lo que se exige hoy de la Iglesia es que infunda en las venas de la humanidad actual la virtud perenne, vital y divina del Evangelio. La humanidad alardea de sus recientes conquistas en el campo científico y técnico, pero sufre también las consecuencias de un orden temporal que algunos han querido organizar prescindiendo de Dios”[1].

En su discurso sobre cómo cultivar el Occidente descristianizado destacó que el trabajo evangelizador no solamente es valioso para la propagación de la fe sino para la preservación de la vida cristiana en las diócesis y parroquias. Afirmó que el ideal misionero es la escuela más eficaz para educar un sincero amor a la Iglesia y al verdadero espíritu católico, que debe brillar en un apóstol digno de ese nombre. Entre el mundo misionero y el cristiano no hay incompatibilidad ni antagonismo, sino que son dos hechos complementarios que se refuerzan mutuamente. Ofrecer oraciones, sacrificios y medios para llevar la luz y el amor de Cristo significa dar una nueva vida; también es salvar a las diócesis de antigua tradición cristiana y a las parroquias que languidecen con hambre. Leer más

Pío XII

«Pio XII Pacelli». Publicado bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons - http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pio_XII_Pacelli.jpg#/media/File:Pio_XII_Pacelli.jpg.

«Pio XII Pacelli». Publicado bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons – http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pio_XII_Pacelli.jpg#/media/File:Pio_XII_Pacelli.jpg.

El Papa Pío XII, con ocasión de la I Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe realizada en Río de Janeiro en 1955, invitó a utilizar, en particular al clero, nuevas formas y métodos de apostolado para realizar su misión:

“Para conseguir el cumplimiento de estos votos nuestros es preciso, sin embargo, obrar con prontitud, con generoso valor, con energía; no echando a perder preciosas energías, sino coordinándolas de manera que resulten casi multiplicadas; recurriendo, si es necesario a nuevas formas y nuevos métodos de apostolado que, aun dentro de la fidelidad a la tradición eclesiástica, respondan mejor a las necesidades de los tiempos y aprovechen los medios del moderno progreso que, si desgraciadamente a menudo sirven para el mal, pueden también y deben ser en manos de los buenos, instrumento para obrar valientemente por el triunfo de la virtud y la difusión de la verdad”[1].


[1] Pío XII (1955). Carta Apostólica Ad Ecclesiam Christi, No. 3. La cursiva es nuestra. Monseñor Berzosa interpreta esta expresión como el primer indicio de la Nueva Evangelización: “En los años 50, el Papa Pío XII pide a los obispos de Latinoamérica reunidos en Río de Janeiro, que analicen la problemática del desarrollismo (discerniendo lo bueno de lo malo) y tomen conciencia de la necesidad de “una nueva evangelización” y afronten el problema de la inculturación” (Berzosa, R. y Galetto, G. (2012), p. 33). 

Magisterio Pontificio

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Para la Iglesia Católica, el Magisterio Pontificio corresponde al conjunto de cartas, encíclicas, constituciones apostólicas, breves pontificios, exhortaciones apostólicas, motu proprios, entre otros documentos, emanados por la Autoridad Pontificia, es decir, por el Papa. Estos documentos que conforman el Magisterio Pontificio tienen carácter educativo y pastoral, y responden a alguna necesidad de las comunidades que el Sumo Pontífice puede notar, y de la cual quiere dar orientaciones.

Líneas eclesiológicas para impulsar la Nueva Evangelización

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Siguiendo la propuesta de Ratzinger, en el sentido de que sólo nos adentramos en el misterio de la Iglesia desde el Misterio de Dios, destacamos algunas líneas eclesiológicas para dar impulso a la Nueva Evangelización a partir de tres aspectos centrales de nuestra fe: la encarnación del Verbo, la acción del Espíritu Santo y la comunión trinitaria. Leer más

Eclesiología para la Nueva Evangelización

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La Nueva Evangelización, fruto de la renovación eclesiológica del Concilio

Visualizar los rasgos eclesiológicos que deben marcar una nueva evangelización, nos exige necesariamente, aunque de manera resumida, redescubrir el giro que implicó en la manera de concebir la Iglesia y su misión, el Concilio Vaticano II, que es el acontecimiento eclesial que encontramos en la génesis de este nuevo impulso evangelizador que la Iglesia es llamada a asumir. A partir del Concilio Vaticano II debemos trazar el itinerario de este proyecto al que Juan Pablo II denominó “nueva evangelización”.

El Concilio Vaticano II sin implicar una ruptura en la tradición multisecular de la Iglesia, sí imprime un elemento de discontinuidad, que en la continuidad de la única Iglesia de Jesucristo, marca un radical y significativo viraje. Leer más

Concilio Vaticano II

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El Concilio Vaticano II se relaciona con la Nueva Evangelización por su perspectiva misionera y evangelizadora. Para que la Iglesia cumpla su tarea de evangelizar debe renovarse interior y exteriormente; para que sea un signo de la actuación de Dios debe purificar su rostro y su corazón y, para que los cristianos sean identificados como discípulos de Jesús, debe promover la unidad. Estos aspectos que se pueden sintetizar en la conversión pastoral, la conversión personal y la conversión institucional, son necesarios para cumplir la tarea de la evangelización. En el Vaticano II se manifestó una renovación conciliar, punto de apoyo para los nuevos movimientos eclesiales que evidencian un nuevo impulso evangelizador, aunque algunos surgieron antes de éste. El Evangelio promueve la obediencia, el amor, la esperanza y muchos valores más, por lo tanto la evangelización requiere de la cercanía con el hombre contemporáneo y sus realidades, para escucharlo y conversar con él sobre sus búsquedas e indigencias. Leer más

Doctrina de la Iglesia y Nueva Evangelización

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La Iglesia responde a los signos de los tiempos para evangelizar la sociedad y la cultura. Por ello, poco a poco surgió el deseo de una Nueva Evangelización, acorde con las épocas y el estilo de vida de los hombres. Aquí exponemos brevemente cómo se ha desarrollado la reflexión sobre esta actividad eclesial.

Concilio Vaticano II

Magisterio Pontificio

Dicasterios de la Curia Romana

Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM

Conferencia Episcopal de Colombia

Eventos CFNE

Imaginar itinerarios formativos de Espiritualidad Conyugal y Familiar en clave de Nueva Evangelización

“Muchas Conferencias Episcopales han testimoniado que las Iglesias particulares, con su acción pastoral, sostienen la espiritualidad de la familia. De los movimientos de espiritualidad viene una contribución específica a la promoción de una pastoral familiar auténtica y eficaz en nuestro tiempo. Se observa que existen situaciones eclesiales muy diferentes y caminos diferenciados de las comunidades cristianas. Es evidente el hecho que las Iglesias locales deben poder encontrar en esta realidad verdaderos recursos no sólo para promover alguna iniciativa esporádica para las parejas, sino también para imaginar itinerarios de pastoral familiar adecuados a nuestro tiempo. Leer más