¿QUÉ NOS DICE POKEMON GO DE LOS JÓVENES Y DE NUESTRO MODO DE EVANGELIZAR?
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Autor: Sebastián Campos
Fecha: 30 de julio de 2016
En: Catholic Link
Para aquellos que vivimos en Sudamérica esto es algo que esperamos (te soy sincero, lo espero con muchas ansias), no así para aquellos de ustedes que viven en los países del hemisferio norte, en donde Pokemon Go ya está disponible para ser descargado en sus smartphones y caer a los pies de este revuelo mundial de realidad aumentada recreativa (Si estás un poco perdido y quieres saber de qué se trata Pokemon Go puedes entrar en este enlace y mirar este video explicativo.
Si bien la tecnología y las redes sociales han sido demonizadas junto con todo aquello que tenga que ver con los teléfonos, con la realidad virtual – tan común por estos días – y nos atrevemos a afirmar que las nuevas generaciones han perdido su capacidad de relacionarse con otros y todas sus habilidades sociales están desapareciendo, queremos ofrecerte otra mirada producto de la reflexión sobre el fenómeno de Pokemon Go que puede que nos ayuden a mirar con esperanza lo que está en los corazones de nuestros jóvenes y nos den luces sobre nuestro trabajo de evangelización con ellos.
Aquí te dejamos una galería con 6 cosas a tener en cuenta cuando trabajamos jóvenes, que nos muestra Pokemon Go:
- Los jóvenes necesitan salir.
El juego invita a salir: ¡tengo que salir! y los jóvenes responden.
Ese estereotipo que tenemos sobre los jóvenes que están encerrados en sus habitaciones, metidos en sus teléfonos y computadores sin el más mínimo interés por socializar se cae a pedazos luego de “Pokemon Go”. Las calles están llenas de gente jugando!
¡Salir! es una necesidad, pero parece que hasta ahora no habían encontrado un “porqué” que les haga sentido en sus vidas, el cual se resuelve con este juego: Hay que atraparlos.
¿Qué razones damos a nuestros jóvenes para salir? ¿Por qué nuestras invitaciones y motivaciones no les hacen sentido en sus vidas? Estoy seguro que esto no lo tienen que resolver ellos, sino nosotros, los que hacemos apostolado con jóvenes.
- A nadie le gusta estar solo, somos sociables
Aunque el juego no implica de ninguna forma algun tipo de relación con otros jugadores, este se ha convertido en una tremenda experiencia social.
Cuando están buscando Pokemones en la calle inevitablemente se encuentran con otros jugadores, todo este revuelo mundial por el juego es producto no de una súper campaña publicitaria, sino que del boca a boca, provocando el encuentro y la socialización cara a cara.
Somos seres sociables y necesitamos a alguien a nuestro lado. Esa es una realidad que no debemos olvidar y sería sano dejar de tratar a nuestros jóvenes como si fueran una especie de ermitaños modernos que no desean relacionarse con nadie; es sólo que no todas las invitaciones a relacionarse con otros les parecen atractivas.
No se trata de hacer cosas para darles en el gusto pero ¿Por qué nos cuesta relacionarnos con ellos? ¿Por qué ellos no encuentran buenas razones (con algunas excepciones, como este juego) para reunirse con otros?
- La necesidad de éxito, de ganarle al que está a mi lado y que todos lo sepan
La canción de la serie nos dice: “Tengo que ser siempre el mejor, mejor que nadie más”.
¿Qué te parece? Con esa canción en nuestros televisores crecimos muchos de nosotros. ¿Fuerte no? Tenemos que ser mejores que quien está al lado.
Bueno, pues esa necesidad de éxito es la que muchos de nuestros jóvenes tienen y en este juego ven una oportunidad de lograrlo y de forma pública, pues los otros jugadores sabrán cuando eres mejor que ellos.
La carencia de sentido en la vida nos hace buscar sucedáneos y uno muy bueno es la sensación de éxito, pero, ¿qué viene después de ganar? ¿Qué hace un campeón luego de ser campeón?
Poner el sentido de la vida en ser el mejor en lo que sea, es una intención noble, pero pasan dos cosas:
– Puede ser una experiencia muy egoísta y luchamos por ser los mejores aplastando y compitiendo a los que están al lado.
– Nos frustramos pues, ser el mejor no es fácil.
¿Cómo ayudamos a que nuestros jóvenes encuentren el sentido de la vida? ¿Cómo ayudamos a que traduzcan esa necesidad de éxito en la trascendencia de sus vidas? Aquí tenemos un tema importante al momento de acompañar las decisiones como la vocación.
- Les atrae lo mágico, lo místico, lo sobrenatural
Mirar por la pantalla y ver un Pokemon al lado quien tienes al frente es estimulante y seguro que los jugadores desearían que estuviera ocurriendo realmente, pero ¿Acaso no está ocurriendo realmente? ¿Acaso no ven un pequeño Pokemon junto a ese hombre ahí sentando?
“Pokemon Go” lleva a los jugadores a un lugar mágico, en donde las cosas realmente están ocurriendo, no sólo se lo están imaginando, sino que saliendo a buscar a esos pequeños, realmente los encuentran. Por eso se llama realidad aumentada.
Esa búsqueda de cosas sobrenaturales es propia del hombre, es algo natural y que ha ocurrido desde que existimos sobre la tierra.
Quienes hacemos apostolado tenemos una deuda con el Señor, pues lo hemos racionalizado para poder explicarlo a los demás y parece que le hemos quitado todo lo sobrenatural que tiene. ¡Dios es Dios! Está ahí junto a ellos y a nosotros. Lo vemos en la Eucaristía, en el prójimo. El no es una realidad aumentada: es real!
Como dice la canción “Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro”; entonces, ¿qué vamos a hacer los que hacemos apostolado con jóvenes para invitarlos a describir lo grande, místico, sobrenatural, poderoso y real que es nuestro Dios?
- La nostalgia por la infancia motiva
El juego tiene 20 años de vida, por lo tanto para muchos, Pokemon Go los vuelve a llevar a su infancia y eso, sin duda es algo motivante.
Ni hablar cuando los mayores revisan sus fotografías y anhelan sus años de juventud. Pero aquí no es exactamente el mismo fenómeno, porque no sólo se trata de recordar eso que hacíamos cuando éramos niños, sino que es ver a una multitud de adultos y jóvenes con sus teléfonos por las calles jugando felices como si realmente fueran niños. No lo son.
Es lindo y a todos nos gustaría, pero tener la espiritualidad de “Peter Pan”, es decir no querer crecer no es un buen ingrediente para la vida y lamentablemente es cada vez más común.
Necesitamos adultos que se hagan cargo, necesitamos jóvenes que deseen madurar e ir por más. No se trata de decir que está mal jugar Pokemon Go, sino que jugar es una parte de la vida, pero debemos ayudar a nuestros jóvenes como jóvenes y no como niños y a los adultos como adultos y no como jóvenes.
Seguro vas a pensarlo la próxima vez que adornes un evento para jóvenes con globos y papelitos de colores. Ayúdalos a crecer, no los trates como niños.
- Están en búsqueda de experiencias que estimulen la creatividad y los sentidos, algo diferente
La experiencia diferenciadora y significativa es buscada por todos aquellos que ofrecen algo a alguien, sobre todo en las cosas que tienen que ver con traer jóvenes a Dios.
En la Iglesia no hemos roto el cerebro inventando nueva música, sitios web, videos, aplicaciones y una infinidad de cosas que estimulen y motiven.
Hemos llenado los templos con proyectores, sistemas de amplificación, globos, adornos, camisetas, stickers y gastamos tiempo estimulando la creatividad de todos aquellos que hacen apostolado para ofrecer algo nuevo, algo creativo, algo que “llame la atención de nuestros jóvenes”.
Puede ser que confundamos la batalla queriendo hacer las cosas que hace el mundo, como si compitiéramos con ellos. El mundo está en el cine, hacemos películas, el mundo tiene aplicaciones, las hacemos, el mundo tiene políticos, capacitamos a los nuestros y así. Y de alguna manera está bien estar a la vanguardia del mundo, pero no olvidemos que no existe nada más fascinante, único y grandiosos que Dios!
¡Nosotros tenemos a Dios! No necesitamos nada más que a él.
¿Habrá algo más estimulante, fascinante y grande que Dios para ofrecer?
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