Cultura
Animados por el Espíritu de Dios debemos crecer en la gracia y el conocimiento del Señor[1] e impregnarlo todo de Jesús: la civilización, las costumbres, los valores, etc. Esto podríamos llamarlo cultura de Pentecostés. En palabras de San Juan Pablo II: “En nuestro tiempo que tiene tanta hambre de esperanza, haced al Espíritu Santo conocido y amado. Ayudad a reavivar la ‘Cultura de Pentecostés’ que es lo único que puede hacer fructífera la civilización del amor y la coexistencia amistosa entre los pueblos”[2].