Teología Práctica1
La teología pastoral nació como disciplina en Europa en 1774, mediante un decreto de la emperatriz María Teresa de Austria (1740-1780), con el fin de reformar los estudios eclesiásticos, excesivamente teóricos y escasamente pastorales que frecuentaban los futuros sacerdotes o pastores. De ahí el calificativo de pastoral. Los cultivadores de esta disciplina se llaman teólogos pastoralistas.
El cambio de nombre por el de teología práctica lo hizo el teólogo protestante F. Schleiermacher en 1811 y se consagró en el campo de la Reforma hacia 1850. La teología católica alemana aceptó la expresión teología práctica después de la segunda guerra mundial. El cambio de nombre pretendió evitar su sello clerical, ensanchar el campo de reflexión a la totalidad de la Iglesia, y recoger, tanto el halo adquirido por lo práctico como la fascinación que sugiere el término praxis.
La reflexión de esta teología no se centra, pues, en la mera práctica de los pastores, sino en la acción de la Iglesia y de los cristianos. Ahora bien, gracias a la decisión conciliar de entender la Iglesia como pueblo de Dios en estado de comunidad, al servicio del mundo, en aras del reino, la teología práctica ha cobrado una nueva dimensión. La relación de la Iglesia con el mundo, sobre todo con el tercero el marginado y pobre, es esencial en la comprensión de la teología práctica, entendida como teoría, crítica y reflexiva, de la praxis de la Iglesia y de los cristianos en el mundo. Sin embargo, la equiparación de la teología pastoral a teología práctica tiene el inconveniente de privar a las otras teologías de un significado práctico. Por eso hay pastoralistas que continúan hablando de teología pastoral.
La teología dogmática, erigida en suprema disciplina, ha considerado frecuentemente a la teología pastoral como un simple corolario de su propio proyecto especulativo. A la teología pastoral le ha costado mucho ser reconocida como disciplina teológica, no simple corolario de tesis dogmáticas; como eclesiología dinámica, cuyo agente o responsable no es el sacerdote sino la Iglesia o la comunidad cristiana; como ciencia rigurosa, no mero recetario o práctica repetitiva. Esto ha sido posible en estos últimos años al adquirir la teología dimensión pastoral, centralidad eclesial y estatuto práctico. Las principales aportaciones han sido hechas por teólogos alemanes. También han contribuido algunas reflexiones procedentes de Holanda, Italia, Canadá, España y América Latina.
1. Cfr. http://www.mercaba.org/Pastoral/T/teologia_practica.htm