VIVIR LA VULNERABILIDAD Y LA ESPERANZA
La irrupción de la Pandemia del Covid-19 en la historia de la humanidad, sin duda alguna, llevó al ser humano a experimentar su propia vulnerabilidad, lo expuso al sufrimiento, al dolor; hizo brotar de cada uno sus mayores virtudes, pero también sus más profundas ambiciones, su individualismo, inconsciencia e incluso insensibilidad.
Ante esta realidad, no ajenas a las situaciones antes mencionadas, hicimos una opción por Jesús, por ese Jesús presente en el pobre, en el enfermo, en el excluido; por aquel que es visto con ojos de miedo y de desconfianza. Era imposible no intentar aliviar el dolor, ya fuera por la enfermedad, por el virus o por la pérdida de un ser querido a consecuencia de este. Como mujeres consagradas al servicio de Dios y el prójimo, no podíamos estar encerradas cuando sabíamos que hermanos nuestros sufrían depresión a causa del confinamiento y nuestros enfermos nos necesitaban.
Por eso emprendimos el camino, muchas veces con miedo, con cansancio, con prevenciones, pero decididas a ser como Jesús, del cual dice la Palabra “Pasó haciendo el bien”. Acompañamos a los enfermos y sus familias en sus quebrantos de salud física y emocional. De igual modo, logramos ayudar en algunas de sus dificultades económicas apoyadas en la solidaridad de otros hermanos que compartieron aquello que tenían. La Clínica del Rosario siempre ha sido un lugar donde, como nos lo recomienda nuestra madre fundadora, Marie Poussepin, ofrecemos cuidado y atención al cuerpo y al alma, pues acogemos con caridad y misericordia la totalidad de la persona. Por ello, en medio de esta coyuntura redoblamos esfuerzos para seguir brindando acompañamiento espiritual, ofreciendo escucha, y viviendo con nuestros hermanos sus procesos de duelo. Como Hermanas Dominicas de La Presentación, procuramos en todo hacer resurgir la luz de la esperanza, porque, a pesar de todo, vale la pena vivir con coraje, con alegría, encontrándole sentido a la existencia aun cuando alrededor solo se hable de muerte. ¿Cuál es la razón para tener esperanza? Que Cristo está vivo y lucha ahora y siempre junto a todos nosotros para restaurar la humanidad.
H.Marisol Flórez Cuevas OP
Hermanas de la Caridad Dominicas de La Presentación
Clínica El Rosario-Medellín
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