Pío XII
El Papa Pío XII, con ocasión de la I Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe realizada en Río de Janeiro en 1955, invitó a utilizar, en particular al clero, nuevas formas y métodos de apostolado para realizar su misión:
“Para conseguir el cumplimiento de estos votos nuestros es preciso, sin embargo, obrar con prontitud, con generoso valor, con energía; no echando a perder preciosas energías, sino coordinándolas de manera que resulten casi multiplicadas; recurriendo, si es necesario a nuevas formas y nuevos métodos de apostolado que, aun dentro de la fidelidad a la tradición eclesiástica, respondan mejor a las necesidades de los tiempos y aprovechen los medios del moderno progreso que, si desgraciadamente a menudo sirven para el mal, pueden también y deben ser en manos de los buenos, instrumento para obrar valientemente por el triunfo de la virtud y la difusión de la verdad”[1].
[1] Pío XII (1955). Carta Apostólica Ad Ecclesiam Christi, No. 3. La cursiva es nuestra. Monseñor Berzosa interpreta esta expresión como el primer indicio de la Nueva Evangelización: “En los años 50, el Papa Pío XII pide a los obispos de Latinoamérica reunidos en Río de Janeiro, que analicen la problemática del desarrollismo (discerniendo lo bueno de lo malo) y tomen conciencia de la necesidad de “una nueva evangelización” y afronten el problema de la inculturación” (Berzosa, R. y Galetto, G. (2012), p. 33).