10 OPORTUNIDADES PARA EVANGELIZAR JÓVENES

Historias de evangelización

El sacerdote Bruno Bérchez es desde 2011 el responsable de Pastoral Juvenil de la diócesis de Barcelona, en la que ha potenciado el Curso Alpha para Jóvenes, LifeTeen para adolescentes o los encuentros del Café YouCat. Fue uno de los ponentes en el encuentro europeo de formación para evangelizadores de jóvenes de LifeTeen (www.lifeteen.es) en la abadía de Montserrat, del 2 al 4 de marzo de 2018, al que asistieron 230 asistentes responsables de pastoral juvenil o adolescente, un 25% de fuera de España.

Su ponencia trató sobre los retos para evangelizar jóvenes en la era digital. A partir de dos expertos sociólogos y filósofos, Zygmunt Bauman (con su “sociedad de la modernidad líquida”) y Byung-Chul Han (con su crítica a la sociedad hiperconsumista) estableció algunos rasgos de esta sociedad con los jóvenes, este campo donde el sembrador, el evangelizador, intenta sembrar.

Leer más>>

Autor: Pablo J. Ginés

Fecha: 21 marzo 2018

En: Religión en Libertad

La Nueva Evangelización y las Víctimas de la Violencia

   

UNIMINUTO, es actor de fundamental de las grandes transformaciones del país. En esta ocasión, en Yacopí, Cundinamarca, dónde alrededor de 35 personas, habitantes de uno de los municipios en el que todavía se perciben las huellas de la violencia, pero que tienen como anhelo la construcción del tejido social que resignifique la historia de cada integrante de la comunidad, se llevó a cabo la investigación “Sujetos de reparación colectiva y construcción de territorios de paz”.

En esta ocasión el Centro de Formación para la Nueva Evangelización y Catequesis (CEFNEC), del 23 a 25 de julio 2018, fue invitado por el Programa de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales – FCHS, líder de dicha investigación, a participar con sus metodologías innovadoras de reconciliación, en el cierre este gran logro investigativo de la institución.

El objetivo del proyecto de investigación se centró en recuperar los recursos de afrontamiento y resistencia que han permitido reconfigurar el tejido social en el sujeto de reparación de Yacopí, a partir de las prácticas sociales que han desarrollado sus habitantes, posterior a los hechos de violencia producidos por el conflicto armado en la región y que han permitido construir comunidades de paz.

Es así como el CEFNEC sigue innovando en sus procesos de investigación, apoyado por sus aliados estratégicos, en este caso el programa de Trabajo Social de UNIMINUTO Sede Calle 80 y su equipo de profesores.

El CEFNEC avanza en la proyección de su nueva imagen

Durante el mes de julio, el Centro de Formación para la Nueva Evangelización y Catequesis (CEFNEC), la Dirección de Mercadeo y la Dirección de Comunicaciones de UNIMINUTO Bogotá Calle 80, adelantaron tres sesiones de análisis, creación y desarrollo, en una de las instalaciones más modernas con las que cuenta la institución educativa, como lo es la Cámara Gesell.

Para cumplir el objetivo del CEFNEC, el cual es establecer una imagen innovadora y un nombre adecuado que represente la actividad evangelizadora que se realiza día a día con los diferentes públicos de interés, ell Centro buscó apoyo en el óptimo desarrollo de la Cámara de Gesell que tiene UNIMINUTO.

En esta actividad se tomaron las percepciones y opiniones de sacerdotes, religiosas, estudiantes de pregrado, comunidad académica, laicos y personas cercanas a la misión del centro de formación, que son de gran apoyo para el óptimo cierre de esta creación, con el fin de establecer cuál es la imagen ideal, el nombre más apropiado y de recordación, y las características que más se resaltan de la labor evangelizadora en América.

¿Cuáles son las características de la cámara Gesell?

La cámara Gesell es una sala de experimentación que hace parte de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales para apoyo de los estudiantes del programa de Psicología, la cual está abierta a ofrecer sus servicios a diferentes entidades educativas y empresariales.

Está cámara consiste en dos ambientes separados, con una pared divisoria en la que hay un vidrio de gran tamaño, que permite ver desde una de las habitaciones lo que ocurre en la otra, pero no al revés. Cuenta con equipo de audio y video. Aquí es posible replicar ciertos fenómenos de la realidad, pero de forma controlada, para realizar experimentos que permitan comprender mejor el comportamiento humano.

Es utilizada para llevar a cabo ejercicios de entrevista e intervenciones estructuradas bajo la supervisión de un profesional especialista en el área de estudio.

Para la universidad es un gran aporte, pues puede ser utilizada por diferentes áreas, unidades y programas académicos como Trabajo Social, Psicología, Mercadeo, entre otros, que lleven a cabo simulación de casos, procesos de entrevista e investigación.

Es por esto que el CEFNEC se unió a las ventajas que ofrece la cámara Gesell y sigue innovando en procesos de investigación, apoyado por sus aliados estratégicos, la tecnología y avances de UNIMINUTO para crear nuevos proyectos y dar respuesta a las nuevas tendencias y Lenguajes del mundo.

Un paso adelante en la construcción de nuevos lenguajes de evangelización

Mientras los corazones palpitaban por la selección Colombia y su paso a octavos, después de eliminar en vibrante partido a Senegal, el pasado 28 de Junio el Padre Jean Michel Amouriaux, Superior General de la Congregación de Jesús y María –Padres Eudistas- visitaba el Centro de Formación para la Nueva Evangelización y Catequesis – CEFNEC, para compartir con los integrantes del centro experiencias tan emocionantes y vivificantes como es anunciar el Evangelio desde las realidades culturales de los agentes de evangelización.

La presencia del Padre Jean Michel en el CEFNEC fue de gran importancia, porque es uno de los cuatro socios junto al Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, la Organización Minuto de Dios y UNIMINUTO, quien pudo conocer de primera mano, los proyectos que se vienen adelantando con varias Iglesias Particulares del Continente, además de las acciones conjuntas que se realizan con las distintas instancias de UNIMINUTO, y las perspectivas que se abren con las parroquias de la Provincia Eudista del Minuto de Dios.

Al igual que el jugador que se eleva más alto que los demás para marcar el gol, el CEFNEC, quiere desde sus propuestas académicas y su observatorio, tener una mirada más amplia y mayor, con el respaldo del Padre Jean Michel, para que juntos puedan construir nuevos lenguajes y métodos al servicio de la Iglesia y los Padres Eudistas con entusiasmo e intrepidez.

NUEVAS TECNOLOGÍAS PARA LA EVANGELIZACIÓN

El Papa Francisco nos recuerda que esta en nuestras manos empujar la misión evangelizadora desde todos sin exclusión:“Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (Evangelii Gaudium, 20). Y hacia todos sin exclusión: “Es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie” (Evangelii Gaudium, 23). Tampoco a los nativos digitales (generación del presente y del futuro), ni siquiera a los más irreverentes y extravagantes.

Y el Papa emérito Benedicto XVIya nos inculcó la pasión por la evangelización como pasión para que la Palabra de Dios navegue en las nuevas autopistas de la comunicación: “Le corresponde ofrecer a quienes viven éste nuestro tiempo digital los signos necesarios para reconocer al Señor; darles la oportunidad de educarse para la espera y la esperanza, y de acercarse a la Palabra de Dios que salva y favorece el desarrollo humano integral. La Palabra podrá así navegar mar adentrohacia las numerosas encrucijadas que crea la tupida red de autopistas del ciberespacio, y afirmar el derecho de ciudadanía de Dios en cada época, para que Él pueda avanzar a través de las nuevas formas de comunicación por las calles de las ciudades y detenerse ante los umbrales de las casas y de los corazones y decir de nuevo: Estoy a la puerta llamando. Si alguien oye y me abre, entraré y cenaremos juntos (Ap 3, 20)” .  Leer más.

JOVEN, LA IGLESIA TE ESCUCHA

JOVEN, LA IGLESIA TE ESCUCHA. LOS JÓVENES ESTÁN ESTE AÑO EN EL CENTRO DE LA VIDA DE LA IGLESIA

Jovencita cantando

@franoterof / Foto: Exe Lobaiza/Cathopic

 

Inspirada por el Papa Francisco, la pastoral con jóvenes de nuestro país ofrece a los jóvenes espacios donde hablar en libertad, sentirse valorados y acompañados. Iglesia en Diálogo a nivel nacional y los Parlamentos de la Juventud en Madrid son dos ejemplos de que la juventud ocupa un lugar central en la tarea de la Iglesia este curso

Los jóvenes están este año en el centro de la vida de la Iglesia. Así lo ha querido el Papa Francisco al convocar un sínodo de obispos sobre esta cuestión; también, en nuestro país, las diócesis, movimientos y congregaciones religiosas que han acogido la invitación del Papa y llevan tiempo preparándose; y los propios jóvenes que están reclamando más protagonismo, pero sobre todo que se les escuche y se les comprenda.

La escucha pronto se puso en marcha con las encuestas y el trabajo en grupo realizado en el último año y ahora sigue a otro nivel con una iniciativa novedosa, Iglesia en Diálogo, que busca encontrarse con los jóvenes, escuchar sus propuestas y dialogar con ellos, especialmente con los que se han alejado de la fe. Desde el 5 y hasta el 11 de febrero se están produciendo encuentros por toda la geografía española, aunque algunas reuniones se extenderán más allá de estas fechas. Leer más

EL SÍNODO DE LOS JÓVENES TAMBIÉN SE DEBATE EN FACEBOOK

EL SÍNODO DE LOS JÓVENES TAMBIÉN SE DEBATE EN FACEBOOK

Jóvenes en facebook

No estarán solos los cerca de 300 representantes de la juventud convocados por el Vaticano para participar del 19 al 24 de marzo en la reunión presinodal preparatoria de la asamblea de obispos convocada del 3 al 28 de octubre bajo el lema:  ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’. De forma paralela, la Secretaría General del Sínodo de los Obispos ha organizado un encuentro virtual a través de Facebook para que los muchachos de 16 a 29 años opinen y debatan sobre los mismos temas que se tratarán en la cita de Roma. Sus conclusiones, recogidas por los moderadores de los seis grupos lingüísticos que se pondrán en marcha (español, inglés, francés, italiano, alemán y portugués), se unirán a las de los 300 jóvenes del encuentro presencial para dar lugar a un texto con el que se construirá el ‘Instrumentum laboris’ que será entregado a los padres sinodales. Otra aportación importante al documento de trabajo que a lo largo del verano utilizarán los participantes en la asamblea de octubre vendrá con el cuestionario puesto en marcha por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos a través de Internet con 40 preguntas. Leer más

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA I JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

Mensaje del Santo Padre I Jornada Mundial de los Pobres

Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario 19 noviembre 2017

header

 

“No amemos de palabra sino con obras”

  1. «Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras» (1 Jn 3,18). Estas palabras del apóstol Juan expresan un imperativo que ningún cristiano puede ignorar. La seriedad con la que el «discípulo amado» ha transmitido hasta nuestros días el mandamiento de Jesús se hace más intensa debido al contraste que percibe entre las palabras vacías presentes a menudo en nuestros labios y los hechos concretos con los que tenemos que enfrentarnos. El amor no admite excusas: el que quiere amar como Jesús amó, ha de hacer suyo su ejemplo; especialmente cuando se trata de amar a los pobres. Por otro lado, el modo de amar del Hijo de Dios lo conocemos bien, y Juan lo recuerda con claridad. Se basa en dos pilares: Dios nos amó primero (cf. 1 Jn 4,10.19); y nos amó dando todo, incluso su propia vida (cf. 1 Jn 3,16). Un amor así no puede quedar sin respuesta. Aunque se dio de manera unilateral, es decir, sin pedir nada a cambio, sin embargo inflama de tal manera el corazón que cualquier persona se siente impulsada a corresponder, a pesar de sus limitaciones y pecados. Y esto es posible en la medida en que acogemos en nuestro corazón la gracia de Dios, su caridad misericordiosa, de tal manera que mueva nuestra voluntad e incluso nuestros afectos a amar a Dios mismo y al prójimo. Así, la misericordia que, por así decirlo, brota del corazón de la Trinidad puede llegar a mover nuestras vidas y generar compasión y obras de misericordia en favor de nuestros hermanos y hermanas que se encuentran necesitados.
  2. «Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha» (Sal 34,7). La Iglesia desde siempre ha comprendido la importancia de esa invocación. Está muy atestiguada ya desde las primeras páginas de los Hechos de los Apóstoles, donde Pedro pide que se elijan a siete hombres «llenos de espíritu y de sabiduría» (6,3) para que se encarguen de la asistencia a los pobres. Este es sin duda uno de los primeros signos con los que la comunidad cristiana se presentó en la escena del mundo: el servicio a los más pobres. Esto fue posible porque comprendió que la vida de los discípulos de Jesús se tenía que manifestar en una fraternidad y solidaridad que correspondiese a la enseñanza principal del Maestro, que proclamó a los pobres como bienaventurados y herederos del Reino de los cielos (cf. Mt 5,3). «Vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno» (Hch 2,45). Estas palabras muestran claramente la profunda preocupación de los primeros cristianos. El evangelista Lucas, el autor sagrado que más espacio ha dedicado a la misericordia, describe sin retórica la comunión de bienes en la primera comunidad. Con ello desea dirigirse a los creyentes de cualquier generación, y por lo tanto también a nosotros, para sostenernos en el testimonio y animarnos a actuar en favor de los más necesitados. El apóstol Santiago manifiesta esta misma enseñanza en su carta con igual convicción, utilizando palabras fuertes e incisivas: «Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que le aman? Vosotros, en cambio, habéis afrentado al pobre. Y sin embargo, ¿no son los ricos los que os tratan con despotismo y los que os arrastran a los tribunales? […] ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: “Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago”, y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta» (2,5-6.14-17).
  1. Ha habido ocasiones, sin embargo, en que los cristianos no han escuchado completamente este llamamiento, dejándose contaminar por la mentalidad mundana. Pero el Espíritu Santo no ha dejado de exhortarlos a fijar la mirada en lo esencial. Ha suscitado, en efecto, hombres y mujeres que de muchas maneras han dado su vida en servicio de los pobres. Cuántas páginas de la historia, en estos dos mil años, han sido escritas por cristianos que con toda sencillez y humildad, y con el generoso ingenio de la caridad, han servido a sus hermanos más pobres. Entre ellos destaca el ejemplo de Francisco de Asís, al que han seguido muchos santos a lo largo de los siglos. Él no se conformó con abrazar y dar limosna a los leprosos, sino que decidió ir a Gubbio para estar con ellos. Él mismo vio en ese encuentro el punto de inflexión de su conversión: «Cuando vivía en el pecado me parecía algo muy amargo ver a los leprosos, y el mismo Señor me condujo entre ellos, y los traté con misericordia. Y alejándome de ellos, lo que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo» (Test 1-3; FF 110). Este testimonio muestra el poder transformador de la caridad y el estilo de vida de los cristianos. No pensemos sólo en los pobres como los destinatarios de una buena obra de voluntariado para hacer una vez a la semana, y menos aún de gestos improvisados de buena voluntad para tranquilizar la conciencia. Estas experiencias, aunque son válidas y útiles para sensibilizarnos acerca de las necesidades de muchos hermanos y de las injusticias que a menudo las provocan, deberían introducirnos a un verdadero encuentro con los pobres y dar lugar a un compartir que se convierta en un estilo de vida. En efecto, la oración, el camino del discipulado y la conversión encuentran en la caridad, que se transforma en compartir, la prueba de su autenticidad evangélica. Y esta forma de vida produce alegría y serenidad espiritual, porque se toca con la mano la carne de Cristo. Si realmente queremos encontrar a Cristo, es necesario que toquemos su cuerpo en el cuerpo llagado de los pobres, como confirmación de la comunión sacramental recibida en la Eucaristía. El Cuerpo de Cristo, partido en la sagrada liturgia, se deja encontrar por la caridad compartida en los rostros y en las personas de los hermanos y hermanas más débiles. Son siempre actuales las palabras del santo Obispo Crisóstomo: «Si queréis honrar el cuerpo de Cristo, no lo despreciéis cuando está desnudo; no honréis al Cristo eucarístico con ornamentos de seda, mientras que fuera del templo descuidáis a ese otro Cristo que sufre por frío y desnudez» (Hom. in Matthaeum, 50,3: PG 58). Estamos llamados, por lo tanto, a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma.
  1. No olvidemos que para los discípulos de Cristo, la pobreza es ante todo vocación para seguir a Jesús pobre. Es un caminar detrás de él y con él, un camino que lleva a la felicidad del reino de los cielos (cf. Mt 5,3; Lc 6,20). La pobreza significa un corazón humilde que sabe aceptar la propia condición de criatura limitada y pecadora para superar la tentación de omnipotencia, que nos engaña haciendo que nos creamos inmortales. La pobreza es una actitud del corazón que nos impide considerar el dinero, la carrera, el lujo como objetivo de vida y condición para la felicidad. Es la pobreza, más bien, la que crea las condiciones para que nos hagamos cargo libremente de nuestras responsabilidades personales y sociales, a pesar de nuestras limitaciones, confiando en la cercanía de Dios y sostenidos por su gracia. La pobreza, así entendida, es la medida que permite valorar el uso adecuado de los bienes materiales, y también vivir los vínculos y los afectos de modo generoso y desprendido (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 25-45). Sigamos, pues, el ejemplo de san Francisco, testigo de la auténtica pobreza. Él, precisamente porque mantuvo los ojos fijos en Cristo, fue capaz de reconocerlo y servirlo en los pobres. Si deseamos ofrecer nuestra aportación efectiva al cambio de la historia, generando un desarrollo real, es necesario que escuchemos el grito de los pobres y nos comprometamos a sacarlos de su situación de marginación. Al mismo tiempo, a los pobres que viven en nuestras ciudades y en nuestras comunidades les recuerdo que no pierdan el sentido de la pobreza evangélica que llevan impresa en su vida.
  1. Conocemos la gran dificultad que surge en el mundo contemporáneo para identificar de forma clara la pobreza. Sin embargo, nos desafía todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada. La pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero. Qué lista inacabable y cruel nos resulta cuando consideramos la pobreza como fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada. Hoy en día, desafortunadamente, mientras emerge cada vez más la riqueza descarada que se acumula en las manos de unos pocos privilegiados, con frecuencia acompañada de la ilegalidad y la explotación ofensiva de la dignidad humana, escandaliza la propagación de la pobreza en grandes sectores de la sociedad entera. Ante este escenario, no se puede permanecer inactivos, ni tampoco resignados. A la pobreza que inhibe el espíritu de iniciativa de muchos jóvenes, impidiéndoles encontrar un trabajo; a la pobreza que adormece el sentido de responsabilidad e induce a preferir la delegación y la búsqueda de favoritismos; a la pobreza que envenena las fuentes de la participación y reduce los espacios de la profesionalidad, humillando de este modo el mérito de quien trabaja y produce; a todo esto se debe responder con una nueva visión de la vida y de la sociedad. Todos estos pobres —como solía decir el beato Pablo VI— pertenecen a la Iglesia por «derecho evangélico» (Discurso en la apertura de la segunda sesión del Concilio Ecuménico Vaticano II, 29 septiembre 1963) y obligan a la opción fundamental por ellos. Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y ayudarlos: son manos que traen esperanza. Benditas las manos que vencen las barreras de la cultura, la religión y la nacionalidad derramando el aceite del consuelo en las llagas de la humanidad. Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin «peros» ni «condiciones»: son manos que hacen descender sobre los hermanos la bendición de Dios.
  1. Al final del Jubileo de la Misericordia quise ofrecer a la Iglesia la Jornada Mundial de los Pobres, para que en todo el mundo las comunidades cristianas se conviertan cada vez más y mejor en signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados. Quisiera que, a las demás Jornadas mundiales establecidas por mis predecesores, que son ya una tradición en la vida de nuestras comunidades, se añada esta, que aporta un elemento delicadamente evangélico y que completa a todas en su conjunto, es decir, la predilección de Jesús por los pobres. Invito a toda la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad a mantener, en esta jornada, la mirada fija en quienes tienden sus manos clamando ayuda y pidiendo nuestra solidaridad. Son nuestros hermanos y hermanas, creados y amados por el Padre celestial. Esta Jornada tiene como objetivo, en primer lugar, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, la invitación está dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad. Dios creó el cielo y la tierra para todos; son los hombres, por desgracia, quienes han levantado fronteras, muros y vallas, traicionando el don original destinado a la humanidad sin exclusión alguna.
  1. Es mi deseo que las comunidades cristianas, en la semana anterior a la Jornada Mundial de los Pobres, que este año será el 19 de noviembre, Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, se comprometan a organizar diversos momentos de encuentro y de amistad, de solidaridad y de ayuda concreta. Podrán invitar a los pobres y a los voluntarios a participar juntos en la Eucaristía de ese domingo, de tal modo que se manifieste con más autenticidad la celebración de la Solemnidad de Cristo Rey del universo, el domingo siguiente. De hecho, la realeza de Cristo emerge con todo su significado más genuino en el Gólgota, cuando el Inocente clavado en la cruz, pobre, desnudo y privado de todo, encarna y revela la plenitud del amor de Dios. Su completo abandono al Padre expresa su pobreza total, a la vez que hace evidente el poder de este Amor, que lo resucita a nueva vida el día de Pascua. En ese domingo, si en nuestro vecindario viven pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el momento propicio para encontrar al Dios que buscamos. De acuerdo con la enseñanza de la Escritura (cf. Gn 18, 3-5; Hb 13,2), sentémoslos a nuestra mesa como invitados de honor; podrán ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de manera más coherente. Con su confianza y disposición a dejarse ayudar, nos muestran de modo sobrio, y con frecuencia alegre, lo importante que es vivir con lo esencial y abandonarse a la providencia del Padre.
  1. El fundamento de las diversas iniciativas concretas que se llevarán a cabo durante esta Jornada será siempre la oración. No hay que olvidar que el Padre nuestro es la oración de los pobres. La petición del pan expresa la confianza en Dios sobre las necesidades básicas de nuestra vida. Todo lo que Jesús nos enseñó con esta oración manifiesta y recoge el grito de quien sufre a causa de la precariedad de la existencia y de la falta de lo necesario. A los discípulos que pedían a Jesús que les enseñara a orar, él les respondió con las palabras de los pobres que recurren al único Padre en el que todos se reconocen como hermanos. El Padre nuestro es una oración que se dice en plural: el pan que se pide es «nuestro», y esto implica comunión, preocupación y responsabilidad común. En esta oración todos reconocemos la necesidad de superar cualquier forma de egoísmo para entrar en la alegría de la mutua aceptación.
  1. Pido a los hermanos obispos, a los sacerdotes, a los diáconos —que tienen por vocación la misión de ayudar a los pobres—, a las personas consagradas, a las asociaciones, a los movimientos y al amplio mundo del voluntariado que se comprometan para que con esta Jornada Mundial de los Pobres se establezca una tradición que sea una contribución concreta a la evangelización en el mundo contemporáneo. Que esta nueva Jornada Mundial se convierta para nuestra conciencia creyente en un fuerte llamamiento, de modo que estemos cada vez más convencidos de que compartir con los pobres nos permite entender el Evangelio en su verdad más profunda. Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio.

Vaticano, 13 de junio de 2017

Memoria de San Antonio de Padua – FRANCISCO
©  Libreria Editrie Vaticana

NUEVO INTEGRANTE DEL EQUIPO DIRECTIVO Y DOCENTE DEL CENTRO DE FORMACIÓN PARA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y CATEQUESIS

[huge_it_slider id=”27″]

El Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización de la Santa Sede, uno de los aliados de nuestro Centro de Nueva Evangelización, CFNE, nos solicitó el año pasado asumir también el trabajo de formación de agentes de Catequesis.

Los Aliados del Centro de Nueva Evangelización se reunieron en Bogotá en febrero pasado y aceptaron la solicitud del Pontificio Consejo.

Con el fin de estructurar esta nueva área de la Catequesis, en el Centro de Nueva Evangelización,

Llega ahora como integrante del equipo directivo y docente, el Padre Manuel José Jiménez Rodríguez, sacerdote de la Arquidiócesis de Bogotá, a quien se le ha encomendado la dirección académica del área de Catequesis del que de ahora en adelante se llamará CENTRO DE FORMACIÓN PARA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Y CATEQUESIS, CEFNEC.

El P. Manuel José Jiménez es ampliamente conocido en el campo de la Catequesis a nivel nacional e internacional.

Es Licenciado en Teología por la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Doctor en Teología Pastoral con énfasis en Pastoral Juvenil y Catequesis por la Pontificia Universidad Salesiana de Roma.

Posdoctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud del CINDE, Universidad de Manizales y Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo, Brasil, con el aval del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO.

Especialización en Gerencia Social de la Educación por la Universidad Pedagógica Nacional.

Diplomado en Docencia Universitaria por la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Posee una vasta experiencia docente en Seminarios, Colegios y Universidades de Colombia y del exterior.

Ha sido Capellán de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá.

Es Director de Investigaciones de la Fundación Universitaria Monserrate en Bogotá.

Es miembro del grupo de investigación en Teología CERNIR; de la Sociedad de Catequetas de América Latina, SCALA; de la red de teólogos para América Latina ITEPAL-CELAM; del Observatorio para la Paz, Bogotá; de la sociedad Amerindia Continental y de otras redes de investigación a nivel nacional y latinoamericano.

Es autor o coautor de aproximadamente veinte publicaciones centradas principalmente en temas de catequesis y educación.

Le damos la bienvenida a Uniminuto y al Centro de Formación para la Nueva Evangelización y Catequesis, CEFNEC, al P. Manuel José Jiménez y le auguramos éxitos y realizaciones en la misión de formar agentes de Catequesis en el ámbito de la Nueva Evangelización.

DIÁLOGO UNIVERSIDAD – NUEVA EVANGELIZACIÓN

cfne

Cada vez se hace menos evidente la separación academia – evangelización, porque es un sentir común del constitutivo universitario la formación integral. Aunque es cierto que quienes pasamos por la universidad entramos motivados por hacer “una carrera” y con ella buscamos aquellas destrezas que nos permiten obtener una “especialización”, como una manera de aproximarse y apropiarse de la realidad. Leer más